¡Bienvenido al fascinante mundo de la perfusión pulmonar! En este capítulo, los llevare a través de una exploración detallada de la circulación pulmonar y sus efectos fisiológicos. ¡Prepárate para aprender y disfrutar!

La circulación bronquial lleva sangre arterial al árbol traqueobronquial y otras estructuras del pulmón hasta el nivel de los bronquiolos terminales, y también proporciona flujo sanguíneo a otras estructuras del tórax. Por otro lado, la circulación pulmonar se encarga del intercambio de gases entre el aire alveolar y la sangre venosa mixta. Además, el flujo sanguíneo en la circulación bronquial constituye alrededor del 2% del gasto del ventrículo izquierdo, mientras que la circulación pulmonar recibe todo el gasto del ventrículo derecho.

La resistencia vascular pulmonar (PVR) es más baja cerca de la capacidad residual funcional (FRC) y aumenta a volúmenes pulmonares tanto altos como bajos debido a los efectos combinados sobre los vasos alveolares y extraalveolares. Los vasos alveolares y extraalveolares pueden considerarse dos grupos de resistencias en serie uno con otro, por lo que las resistencias de los vasos alveolares y extraalveolares son aditivas a cualquier volumen pulmonar. De este modo, el efecto de cambios del volumen pulmonar sobre la PVR total da una curva en forma de U.

La vasoconstricción pulmonar hipóxica es una respuesta fisiológica que ocurre en la circulación pulmonar cuando hay hipoxia alveolar (baja presión de oxígeno en los alvéolos) o atelectasia (colapso de los alvéolos). La vasoconstricción activa ocurre en la circulación pulmonar, específicamente en los vasos arteriales (precapilares), muy cerca de los alvéolos. La respuesta ocurre localmente, es decir, solo en el área de la hipoxia alveolar, y no se requieren conexiones al sistema nervioso central. La hipoxia puede actuar de manera directa sobre el músculo liso vascular pulmonar y producir vasoconstricción pulmonar hipóxica. La vasoconstricción pulmonar hipóxica ayuda a desviar el flujo sanguíneo de las áreas hipóxicas hacia las áreas mejor ventiladas del pulmón, lo que mejora la relación ventilación-perfusión y ayuda a mantener la oxigenación adecuada de la sangre arterial.